Era una tarde de mucho viento,
yo miraba por la ventana
mientras un libro que tenía delante me reclamaba.
Miré el reloj y empecé a contar las historias
y estas me leían las horas.
Después la luz se marchó
y llegó un rayo que me besó.
Aquella tarde chapoteaba en la cama
y dormía en el aseo,la toalla encima de mi cara.
Olía la música y escuchaba el perfume.
—Asume.
—Asumo,es una tarde atípica en resumen..
Este pertenece al reino de lo onírico
ResponderEliminarBueno..si tú lo dices jaja.
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