Había una vez una margarita
que tenía un pétalo manchado
ya casi marchitado.
Esta,un día se fijó en un diente de león
que casualmente el viento dejó de soplar y por allí se quedó.
Empezaron a interactuar y casi comenzó una amistad
digo casi porque la margarita muy confiada
enseñó su pétalo manchado y marchitado.
El diente de león se marchó
en cuanto el viento volvió.
Aunque la margarita de ese pétalo ya se desprendió
el diente de león jamás apareció.
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